“Estos días azules y este sol de la infancia” rezaba el último verso escrito por Antonio Machado en un papel arrugado, encontrado a su muerte en un bolsillo de su viejo gabán.
El 14 de Marzo de 2020 el Gobierno de España decretó el Estado de Alarma en respuesta a la situación de pandemia internacional ocasionada por el contagio del virus COVID-19. La mañana siguiente fallecía mi abuela materna Elisa debido al virus. Tenía 95 años y nadie pudo despedirse de ella. Por motivos de seguridad sanitaria su ataúd fue sellado y la cremación obligatoria. No fue posible celebrar velatorio ni oficio religioso. Ella no merecía esto. Tampoco las y los demás. El tanatorio vacío, y un silencio impropio en el funeral casi a puerta cerrada. La ceremonia pospuesta a que todo esto acabe, el duelo abierto de forma extraña, como del revés. Ella no merecía esto, y tampoco sus familiares.​​​​​​​
Esta serie fotográfica muestra cómo sentí a mi familia y a la sociedad durante el Estado de Alarma. Contagiada, paralizada, separada y confinada. Lívidos, casi translúcidos. El azul como símbolo de muerte y supresión de libertad.